Quizás la vida de Sacapuntas (LA1) no sea una vida de Agui-Lucha extraordinaria, posiblemente todo lo que le ha acontecido a esta hembra encaja a la perfección dentro de los cánones de la normalidad aguiluchera.
El caso es, que portar un emisor gps, desde el momento de su liberación, hace ya casi 4 años (06/06/2019), nos ha aportado y nos sigue aportando información muy sorprendente e inesperada.
Quizás igual de sorprendente, esté siendo, la fiabilidad del emisor de tan solo 10g que porta (https://www.ornitela.com/10g-transmitter). Ni en el mejor de nuestros sueños hubiésemos augurado una vida tan larga y propicia a un dispositivo de estas características.
Como en los años anteriores, Sacapuntas ha pasado su invernada en las mismas zonas de Mali, una zona del Sahel sin cobertura GSM para descargar sus datos (https://aguiluchosdelajanda.es/la-prisa-mata-sacapuntas-el-tercer-retorno/) El invierno ha vuelto a ser largo, aunque en esta ocasión su migración primaveral ha comenzado antes (12/03/2023) y acabado sustancialmente antes (22/03/2023), lo que nos ha facilitado la espera.
Tras un viaje muy duro, sin realizar ninguna parada de avituallamiento como hizo en los tres retornos anteriores. El pasado miércoles 22, con condiciones de viento de Levante fuertes (Bft 4/5), a las 16:51 hora local peninsular inició su cuarto cruce inició su cuarto cruce del Estrecho de Gibraltar al norte, en esta ocasión lo hizo desde cabo Espartel al Oeste de la ciudad de Tánger, inició la partida a una altura de 120 metros. Un trayecto de 1 hora y 18 minutos, que lo derivó hasta cabo Trafalgar en Barbate. Alcanzó tierra a 142 metros sobre el nivel del mar. Desde allí, voló directa a la Janda donde pasó la primera noche.
Al amanecer, como era de esperar se marchó, sin perder un segundo, a la zona de su liberación en Tahivilla, donde ha pasado su tres primeras noches en el continente europeo.
En estos primeros días ha explorado esta zona, marchándose ayer a visitar el resto de las colonias reproductoras de la comarca de la Janda. A día de hoy, parece asentada en la campiña del Palmar, justo en la parcela donde se reprodujeron algunas parejas el año pasado gracias a una actuación de conservación basada en la compra de media hectárea de pasto en pie, sin cosechar.